Por: Matías Birrell – Goldratt Consulting Project Director
Si eres un gerente seguramente contestarás muy rápido a esta pregunta. Enumerarás tus actividades de cada día: múltiples reuniones internas y con clientes, o con proveedores; trabajo individual analizando datos; seguimiento de tareas encomendadas a subordinados; resolver situaciones de emergencia; pensar en el futuro y discutirlo con pares, superiores y subordinados. Es decir, muchas cosas, muy diversas.
Y seguramente compartirás con muchos otros gerentes una queja común: no tengo suficiente tiempo. Sentirás que los temas urgentes y las emergencias consumen tu tiempo. Lo urgente siempre saldrá a flote y bloqueará lo importante. Estarás siempre entre lo urgente y lo importante. Se impondrá un límite a tu desempeño y al de los resultados de tu empresa, y quizás termines transando por resultados aceptables.
Mi perspectiva es muy simple, todo gerente de una empresa es responsable de hacer de ella una empresa exitosa. Y una empresa es realmente exitosa, se sostiene en el tiempo con un desempeño saludable, si genera valor mas allá de resultados aceptables.
El valor generado debe ser mayor que los costos incurridos para generarlo, en forma continua. Esto puede sonar trivial, sin embargo es un desafío sostenerlo en el tiempo. En el juego de la libre competencia se va generando cada vez más valor a menores costos. Por esto es desafiante sostener el ritmo.
La clave para sostener el crecimiento del valor está en lo que considero una ley de los sistemas:
La capacidad de generar valor de un sistema es directamente proporcional al grado de sincronización alcanzado en el sistema
Y como lo hemos compartido en posts pasados una empresa es un sistema, por lo que esta ley aplica.
La sincronización de un sistema crece cuando se eliminan síntomas de falta de sincronización, estos síntomas son lo que conocemos como “problemas”. Un problema se manifiesta en un hecho negativo difícil de erradicar, y es difícil erradicarlo porque las acciones que ejecutamos para eliminar el hecho generan otro hecho negativo. Es decir, un problema siempre tiene como causa una contradicción, un conflicto. Si eliminamos el conflicto, eliminamos el problema. Eliminando el problema, eliminamos la fuente de lo urgente y de las emergencias.
La función del gerente en la empresa por tanto es una sola:
¡Tomar decisiones que eliminen los conflictos de la empresa!
Es tan simple como difícil, pero con las herramientas gerenciales adecuadas, ser gerente de una empresa exitosa es totalmente factible.
Olvidarse de lo urgente no sugiere descuidar temas importantes. Existen principios muy simples y herramientas gerenciales adecuadas para administrar nuestras empresas de un modo que permite a los gerentes mantener el control, evitando el peligro de que lo urgente comande una continua improvisación, con un modo de operación reactivo en vez de uno proactivo.
¡Te invitamos a descargar el capítulo Nº IX de El libro “Olvídate de lo urgente”!
Les invitamos a continuar leyéndonos. Hasta nuestra próxima entrega…